RECORDAR PARA SER

La acelerada sociedad en la cual vivimos compite constantemente por atraer nuestra atención y a menudo no nos permite parar y reflexionar sobre situaciones o protagonistas de épocas pasadas, que por muy lejanas aparentemente en el tiempo, son la base sobre la que todavía hoy se asienta nuestra realidad cotidiana.

La realidad de la Guerra Civil y la posguerra son las que en la sociedad vasca moldean dicha realidad cotidiana y Zalla no es una excepción.

A pesar de haber pasado ya 80 años, que históricamente hablando es un instante, en Zalla tenemos la suerte de contar con testigos de esa época cuyos testimonios todavía hoy en 2016 podemos escuchar.

En el homenaje del 10 de noviembre organizado por Zallako Euzkotarrak Kultur Elkartea en colaboración con la Junta Municipal de EAJ-PNV tendremos la oportunidad de disfrutar de algunos de ellos.

JESÚS ARIÑO MARURI, EJEMPLO DE ALCALDE ENTREGADO A ZALLA

Si con ocasión del pasado Día Internacional de la Mujer Trabajadora recordamos la figura de Felipa Marina Urrutia, desde la familia abertzale que compone EAJ-PNV en Zalla vemos oportuno recordar en el Día de la Memoria la figura de otro protagonista que ha pasado desapercibido para generaciones de zallenses, se trata de Jesús Ariño Maruri, quien en un breve pero muy intenso periódo de tiempo hubo de ostentar la alcaldía de Zalla.

PRIMEROS AÑOS

Nacido en el seno de una familia de labradores y ganaderos en el caserío grande de Llantada, era hijo de Manuel Ariño Allende y María Dolores Maruri Yarto.

Con 12 años se quedó huérfano de padre, teniendo que ayudar a la madre y hermanos en las labores del campo. De caracter afable y bromista, demostró una habilidad especial con la talla de madera. Fue a Las Arenas a aprender el oficio de carpintero, y en sus ratos libres jugaba al fútbol en el campo de Gobelas.

Equipo de fútbol "Unión de Zalla" en el antiguo campo de El Baular. Jesús Ariño es el tercero por la izquierda en la fila superior. Pulsa sobre la imagen para verla a mayor tamaño.

De vuelta a Zalla, se afilió a EAJ-PNV y a ELA-SOV y se casó con Asunción Vivanco Etxebarria. Tuvieron 6 hijos entre 1927 y 1941. Jesús, María Asunción, Eleuterio, Irune y Karmele, esta última nacida en pleno bombardeo de Zalla, el 23 de junio en el Colegio de las Madres Irlandesas, que hacía veces de hospital. La hija pequeña, María de los Ángeles, nació después de venir de prisión y del Batallón de Trabajadores en 1941.

ACTIVIDAD POLÍTICA

En las elecciones municipales del 31 de mayo de 1931, resultó elegido concejal en la lista de EAJ-PNV, y en 1933 cuando se abrió el nuevo Batzoki de Zalla, fue nombrado gerente del mismo. Vivieron él y su familia en el piso superior hasta la entrada de las tropas franquistas en Zalla el 29 de Junio de 1937.

ESTALLIDO DE LA GUERRA

Ante el estallido de la guerra, Jesús Ariño estará en la organización tanto de la Junta de Defensa de la República en Zalla, como de la Junta de Abastecimientos de la Republica.

La primera se estableció para organizar las cuadrillas de chicos del pueblo que se encargaron de velar por la seguridad en Zalla, y estuvo compuesta por estos integrantes de EAJ-PNV, PSOE y PCE: 

• Jesús Ariño Maruri
• Ricardo Pérez
• Eusebio Cebrián Guerra
• Valentín Cristóbal
• Cosme Vivanco
• Eugenio Vela
• Antinógenes Cascallana
• Pedro Lanbarri

A su vez, la Junta de Abastecimiento se estableció para proveer de refugio y alimento tanto a la población propia de Zalla así como a la creciente población refugiada que acogió solidariamente el pueblo de Zalla. Estos fueron sus integrantes: Juan Yarto, a quien sustituyó Luciano Ochoa, y a éste le sustituyó José Gómez Allende, el cual con Jesús Ariño Maruri y Valentín Cristóbal fueron los últimos integrantes de dicha Junta de Absatecimiento.

ALCALDE CIRCUNSTANCIAL

En abril de 1937 tras la renuncia de Bernardo Lanzagorta Amézaga como Alcalde de Zalla, y en unos momentos muy complicados con el frente de guerra a pocos kilómetros y marchando la gente que tenía en su entorno, tuvo a bien coger el mando del Ayuntamiento como Alcalde en funciones.

A lo largo de las actas del Ayuntamiento del periodo 1936-37 se puede observar cómo va disminuyendo el número de concejales presentes en los plenos.

El acta del pleno donde fue nombrado alcalde es un buen ejemplo de ello: Sólo tres concejales estamparán su firma en él. El resto ha huído. En ese contexto, Jesús Ariño Maruri se encontrará sólo para dar respuesta a las imperiosas necesidades que acuciaban al pueblo de Zalla.

Acta del último pleno del Ayuntamiento celebrado el 10 de junio de 1937. Sólo aparecen tres concejales presentes. Pulsa sobre la imagen para verla a mayor tamaño.

Así, veló por todas las personas, vecinos y vecinas del pueblo, así como de los centenares de refugiados procedentes de Gernika, Durango, Arratia, Bakio, Morga… los cuales traían consigo sus enseres y ganado, y les procuró alojamiento en casas y caseríos de vecinos y vecinas del pueblo de Zalla.

Organizó las partidas de vecinos del pueblo que se encargaron de la seguridad tanto de bienes como de personas sin reparar en su signo político, fueran de derechas, monárquicos o de izquierdas.

Así es como en Zalla tampoco hubo que lamentar tragedias entre los frailes Maristas, las monjas de Madres Irlandesas o los sacerdotes del pueblo.

La comunidad religiosa de Zalla salió indemne de la contienda al organizarse un retén de guardia para que los elementos que por las noches venían -probablemente- de Bilbao en un coche negro, (lo que en la resolución del Consejo de Guerra que adjuntamos, denominan "la checa" de Torrelavega) no pudiesen atentar contra los referidos religiosos.

BOMBARDEO DE ZALLA Y HUIDA

Zalla sufrió tres días de bombardeos aéreos. Concretamente los días 21, 22 y 23 de junio. Tras los mismos, organizó la recogida de los numerosos cadáveres dispersos por el pueblo, para trasladarlos al cementerio y darles sepultura.

El 28 de Junio de 1937, víspera de la entrada en Zalla de las tropas franquistas, marchó con los últimos batallones de gudaris -desconocemos si el Abellaneda o el Muñatones- en retirada hacia Turtzios, cayendo prisionero en Santoña.

Gudaris de los batallones Abellaneda y Muñatones en pose distendida. Cosme Vivanco, cuñado de Jesús Ariño, es el primero por la izquierda en la fila inferior. Pulsa sobre la imagen para verla a mayor tamaño.

En el penal de El Dueso fue condenado a Pena de Muerte, y varias veces intentaron llevárselo para fusilarlo, pero gracias a las mediaciones de un coronel italiano que lo tenía a su cargo salvó la vida.

En caso contrario, hubiera corrido con la misma suerte que su cuñado Cosme Vivanco, que para cuando llegaron desde Zalla los informes positivos que lo exoneraban de cualquier crimen, ya había sido fusilado.

Posteriormente, Jesús sería trasladado al campo de concentración de Talavera de la Reina en Toledo.

La anecdota del retraso en la llegada de los informes que salvarían a Cosme Vivanco la relatan vívidamente tanto Tere Berasaluze como Tere Pagazaurtundua en el documental producido por Zallako Euzkotarrak Kultur Elkartea con motivo del homenaje a Jesús Ariño.

POSGUERRA

Después de acabada la guerra, le fue revisada la Pena de Muerte, y conmutada, siendo condenado a trabajar en un batallón de trabajadores en la construcción de la segunda línea férrea que unía Castejón, Navarra con Zuera en Zaragoza hasta 1940.

En las dos imágenes superiores podemos consultar la resolución del Consejo de Guerra franquista por el que se conmutó la condena a muerte por la condena a trabajar en un batallón de trabajadores.

Son dignos de reseñar los puntos que enumeran el recto proceder de Jesús Ariño en el contexto de la guerra en Zalla. Pulsa sobre las imágenes para verlas a tamaño completo.

Batallón de trabajadores al que fue condenado Jesús Ariño. En la fila superior es el tercero por la izquierda. Pulsa sobre la imagen para verla a mayor tamaño.

De vuelta a casa, ya nada sería igual: el Batzoki incautado y sede del Frente de Juventudes, el pueblo dirigido por caciques haciendo la vida imposible a vecinos y vecinas abertzales… Su carácter afable y simpático también cambió, tornándose en una persona seria y de pocas palabras.

Volvieron a vivir a la casa familiar de los Vivanco en el Molino del Baular, hoy desaparecido, él trabajando como un excelente ebanista que era, con José y Joaquín Velar, haciendo casas por Zalla hasta que se jubiló. Los últimos años de vida los pasó en el piso que tenía en la calle Villa de Gernika, junto al puente de El Charco.

Falleció en 1976, recién muerto Franco, y todavía con el régimen franquista en vigor.

En su entierro, el militante abertzale Joaquín Zuluaga -con grave riesgo para su persona-, colocó una ikurriña sobre el féretro de Jesús en el interior de la iglesia, siendo conducido el feretro hasta el cementerio con ella en recuerdo de su militancia nacionalista.

EPÍLOGO. VALORES Y PRINCIPIOS

No nos llevemos a engaño. Desde EAJ-PNV no homenajeamos y ponemos en valor la figura de Jesús Ariño Maruri porque fuera concejal y alcalde de EAJ-PNV de Zalla en 1937.

Son los valores y principios humanistas que guiaron su quehacer en unas circunstancias bien difíciles de comprender a los ojos de 2016 las que hacen que en EAJ-PNV queramos reconocer la labor callada y desinteresada -y hasta ahora desagradecida- realizada por Jesús Ariño Maruri.

Valores y principios que la familia abertzale del Zalla de 2016 reconoce como propios y los reafirmamos públicamente.

AGRADECIMIENTOS

Ésta entrada del blog no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda e información proporcionada por numerosos convecinos de Zalla.

Quisiéramos agradecer especialmente a Jasone Acasuso Ariño, nieta de Jesús, la cual ha buceado en numerosos archivos y hemerotecas para buscar y encontrar información sobre su abuelo. Sin éste trabajo previo de Jasone, no estaríamos escribiendo estas líneas.

Es evidente que ni son todos los que estuvieron, ni están todos los que fueron, pero en las entrevistas realizadas, Tere Berasaluze, Tere Pagazaurtundua, Joaquín Zuluaga y Teresa Aierbe "Yerbes" han hecho un esfuerzo para atendernos y recordar aspectos de nuestra historia pasada que en ocasiones les han sido muy dolorosos. Les estamos más que agradecidos por el tiempo que nos han dedicado.

Junto a ellos vaya nuestro agradecimiento y recuerdo a toda esa generación que supo mantener la llama de la militancia en unos tiempos de desesperanza y oscuridad.

PORQUE FUERON SOMOS, Y PORQUE SOMOS, OTROS SERÁN.

KATEA EZ DA ETEN!